Iran es uno de los mayores exportadores de petroleo del mundo, por eso las alimañas occidentales estan al acecho. Evidentemente aqui la gasolina es (sin bromas) mas barata que el agua, por lo tanto practicamente todos los iranis tienen coche. Para ellos esta muy bien, pero a nosotros, humildes rodadores de carreteras, no nos viene nada bien.
Pero todo cambia cuando dejas de pedalear. Es increible lo simpatica que es esta gente. No pasaba un minuto sin que alguien se acercara a darnos algo, preguntar o contarnos su vida en farsi, claro, aqui casi nadie habla ingles. El gobierno se encarga muy bien de poner trabas e intentar que su pueblo no lo hable ya que....uuh!! que miedo!!...puede ser una influencia extranjera.
Lo que mas ha marcado nuestro paso por el Caspio, sin duda, ha sido el picnic. Son los reyes!!
Todos sabeis que poner una tienda de campaña en Europa, fuera de un camping, esta penado con una fuerte multa. Aqui en Iran puedes poner la tienda donde te de la gana. No solo no te multan, sino que practicamente en cada pueblo hay un parque-camping totalmente gratuito, con baños, fregadero y con guarda y todo!!
Aqui pasamos los mejores momentos en Iran, hablando con la gente, riendonos, compartiendo cena y desayuno y alucinando con lo personajes y buena gente que son.
Txokos de todos los tipo y colores...en un parque, en un parking o, como ellos hacen, en primera linea de playa...
La noche es lo mejor, claro, todo el mundo esta de vacaciones...charlando, fumando...
bailando y tocando musica con extraños instrumentos.
El momento del baño es toda una historieta. Los hombres no tienen problema, pueden bañarse donde quieran y como quieran, menos desnudos, seguramente no haya muchas playas nudistas en Iran. Las mujeres solo pueden bañarse en su zona, delimitada por vayas de plastico para que ningun hombre pueda verlas. Que fuerte!!
Lo peor era cuando llegabas a un pueblo y parecia una carrera de obstaculos. Coches que salen sin mirar, motos que creen que la carretera es suya, peatones que nadie les respeta, un taxi que para en medio de la calle y la simpatica señora del asiento de atras que abre la puerta sin mirar....y Koko al suelo.
Se levanta y no habia ni taxi ni señora, sola una rueda como un ocho.
Mas vale que 300 metros mas alla estaba Ali y su tienda de reparacion de bicicletas. Unos pisotones para enderezarla, un radio apretar y otro aflojar y la rueda como nueva. Bueno, como nueva no porque el ruido que mete ahora nos va a recordar hasta el final del viaje este pequeño accidente.
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