Esta vez en tren, pero de alta velocidad, y en 3 horas estabamos en Kashan, que viene de la palabra Kashi, que significa azulejo. Kashan fue uno de los primeros oasis que encontraban las antiguas caravanas que se dirigian a los desiertos centrales de Persia.
Kashan no tiene mas atractivo que las "casas tradicionales". Construidas en los siglos XVIII y XIX, mas que casas son antiguos palacetes de la burguesia de aquella epoca que se enriquecieron aprovechandose de la ruta comercial que venia de Teheran.
El primer y unico palacete que visitamos pertenecio al gobernador de Kashan que, aparte de aprovecharse de esta ruta, abastecia armamento al Sha de Persia.
Todo esto de palacetes, reyes e historietas antiguas esta muy bien, pero es mucho mas interesante pipar!!! y descubrir cosas mas impresionantes que piedras, fuentes y azulejos...
La verdad que donde mejor se estaba en Kashan no era en plena avenida desertica a 45 grados visitando palacetes, el mejor lugar era nuestro hotel, una antigua casa tradicional donde nos la gozamos con el desayuno a base de queso fresco, te, melon y un huevito duro.
En uno de estos desayunos conocimos a dos chicas italianas, Daniela y Cinzia. Contratamos los servicios de la taxista mas rapida e intrepida de Kashan y, chillando rueda, nos plantamos en 1 horita en Abianeh.
Abianeh es un pequeno pueblo al que acuden cantidad de turistas iranis para observar sus callejuelas con paredes de adobe...
y a sus lugarenos con sus trajes tipicos.
Y poco mas!! Una coca cola, unas madalenas, unas fotos de rigor, y agarrense, que la chofer tiene prisa!!
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